—Te creo, y en caso de que me traiciones, espero que lo entiendas —Joanna sonrió y lo abrazó, pero Alex la besó de nuevo, esta vez brevemente.
Este era un juego de vida y amor. Lo más importante era mantenerse vivo, y a Alex no le importaba lo que Joanna tuviera que hacer, siempre y cuando no resultara herida.
Subieron al ascensor hasta el último piso de la torre del Rey. El corazón de Violet estaba en su garganta, con lágrimas en los ojos. —Joan, por favor ten cuidado allá afuera —rogó, deseando tomar el lugar de Joanna.
Si fuera ella, habría sabido cómo lidiar con un idiota como Logan, pero por Joan, no podía evitar estar preocupada.
Joanna sonrió, pero Aiden estaba seriamente configurando su sistema de rastreo para compartirlo con Dario. El helicóptero llegó a tiempo pero era pilotado por un robot. —Rastreador detectado —no dejaba de emitir pitidos y señales. Alex recibió un mensaje directamente de Logan.
—Mejor deshazte de ese maldito rastreador.