El teléfono de Alex había estado apagado durante todo el viaje, y solo después de que el piloto anunciara que se estaba preparando para aterrizar, lo desconectó de la carga.
Su mano tocó accidentalmente el botón de encendido y un enjambre de mensajes lo dejó helado, siendo el más perturbador uno de su abuelo.
—Alex, Edmundo ha estado intentando contactarte debido a un ciberataque.
Alex apagó el teléfono, permitiendo que el jet aterrizara antes de salir apresuradamente de él. Cuando llegaron al coche, consideró pedir otro para llevarlo a la oficina y que este llevara a Joanna a la mansión.
—Ángel, hay un problema en la oficina, así que primero dejaré que Ike te lleve a casa —dijo con un tono un poco apresurado, pero Joanna era reacia.
Después de todo el tiempo que pasaron juntos, ella se estaba malacostumbrando día tras día.
—¿No puedo ir contigo a la oficina? Será aburrido en casa, y créeme, reanudaré el trabajo tan pronto como sea posible para no molestarte de nuevo.