—Logan, ¿me creerías si te dijera la verdad? —preguntó Alex mientras los tres hijos se alteraban. No habían venido aquí para algún drama familiar.
—Mira, solo firma esos documentos y despídete de tu vida —gruñó Don Russo. Logan sabía que si Alex firmaba los documentos, moriría, y Logan nunca conocería la verdad de la que Alex estaba hablando.
Por mucho que quisiera ver a su hermano mayor muerto, también tenía curiosidad por saber cuál era la verdad que Alex decía, especialmente desde que el último helicóptero se había ido.
—Don, por favor déjame escuchar la historia. Prometo darte todo.
La seguridad de Logan los calmó, ya que él era la razón por la que habían llegado tan lejos.
—Alex, quiero saber la verdad, especialmente sobre Dion y Joan —dijo Logan.
Logan tenía la sensación de que todo sobre Joan no era como parecía.