Dion descendió por las escaleras, luciendo espléndida. Vestía un traje de alta costura encargado por Alex, y como de costumbre, tenía muchos bordados de diamantes que la hacían brillar entre los demás.
Su cabello estaba peinado con elegancia, dándole una apariencia graciosa mientras caminaba a encontrarse con Abuelo.
Los invitados simplemente se maravillaron al verla mientras los murmullos estallaban. —Dion está viva, toda una adulta y tan deslumbrante.
—Alex ya no lo tendrá todo —decía Agnes, pero Alex la miró fijamente.
—La familia King no es pobre, de la cual todos somos beneficiarios. Si yo lo tuviera todo, entonces ¿cómo es que aún recibes generosas asignaciones? —Sus palabras provocaron que una capa de vergüenza se asentara en el rostro de Agnes mientras su esposo la reprendía.
—Te dije que te callaras, pero parece que es demasiado difícil para ti —le recriminó.