Perdiendo mucho

Después de esperar dos días más, Sima You Yang y Sima You Lan salieron al mismo tiempo. Sima You Lin solo apareció el último día.

—You Lin, los tres no saben cómo salir. ¿Tú sí? —Sima You Yue estaba sentada en el suelo comiendo pollo asado sin ninguna vergüenza.

A su lado yacía un montón de huesos que habían sido limpiados.

Sima You Yang y los demás sostenían un pollo asado y lo mordisqueaban. La piel dorada de ese pollo asado realmente se veía excepcionalmente tentadora.

Sima You Lin caminó hacia ellos y arrebató el pollo asado de las manos de Sima You Yang, arrancó un pedazo y se lo puso en la boca. Se lo tragó antes de decir: "No hay salida aquí."

—¿Sin salida? Entonces, ¿cómo salimos?

—Una vez que el tiempo se acabe, naturalmente nos echarán de aquí.

Echados…

—Bueno, solo podemos esperar. —Sima You Yue suspiró impotente.