—Ni —Nitri, milord —dijo el niño valientemente, y los cuatro niños lo miraron fijamente. El coraje de Nitri hizo surgir ese espíritu fuerte en los niños mientras respondían uno tras otro.
—Yasmeen —la otra niña respondió con voz tenue, apretándose al hombro del otro niño como un adorable gatito.
Una voz voluntariosa de otro niño siguió a la presentación de Yasmeen. —Mi nombre es Dao ZD, y este es mi gemelo Dao CC —señalando al otro niño a su lado llamado Dao CC.
—Qué nombre tan extraño —comentó Samael mientras dirigía su mirada a los gemelos y notaba de inmediato la diferencia en su actitud—. Admítelo. Eso lo acabas de inventar, ¿eh?
Dao ZD frunció los labios en una línea delgada mientras levantaba su pequeño brazo como si protegiera a su gemelo tímido. Samael chasqueó la lengua antes de desviar la vista hacia el último niño que le prestaba el hombro a Yasmeen.
—¿Y tú? —preguntó, levantando una ceja—. ¿Cómo te llamas?
—Rhe —Rhea.