Una orden real

—Ha comenzado —susurró y miró hacia el sombrío cielo—. Este será un largo invierno.

—¡Ahí estás! —La voz de Klaus lo alcanzó desde atrás mientras su tío se le acercaba—. Hell ofreció un banquete para todos. ¿No vas a unirte?

—Esteban emitió una orden real. ¿Te enteraste?

—No, pero era de esperarse.

—Tú, ¿sabías esto? —Klaus arrugó la nariz, ya que parecía ser el único que estaba desinformado sobre esto.

—Es solo el comienzo, Tío. Me quedaré aquí, pero tú tienes que ver las cosas por ti mismo.

—¿Estás ordenando a tu tío?

—Siempre te ordeno cosas. —La respuesta de Claude hizo fruncir el ceño a Klaus—. Cuidate, Tío. Estaré seguro aquí.

—¡Aish! Volveré un poco más tarde. —Klaus miró a su pequeño sobrino antes de suspirar y despeinarle el cabello.

Claude sonrió y asintió sin decir una palabra. Klaus lo miró y soltó otro suspiro antes de darse la vuelta para salir.