—Ella untó su sangre en él para que sepamos dónde está. Rufus lanzó una mirada a Fabian mientras arrugaba el pedazo de papel adjunto a la flecha. —Básicamente nos está diciendo que la ataquemos a ella en su lugar. ¿Tienes alguna idea de a quién le lanzaste la piedra?
Fabian se encogió de hombros con indiferencia. —Simplemente estoy siguiendo las órdenes de Su Gracia.
—Debe haber alguien dentro de Grimsbanne con Su Gracia. Rufus tomó una respiración profunda, lanzando una piedra hacia las torres de guardia. A diferencia de Fabian, los lanzamientos de Rufus no eran tan destructivos. Solo eran suficientes para distraer a la gente para que Samael pudiera entrar en Grimsbanne sin ningún problema.
—Lo que sea. Solo provocaré a Su Gracia. —Fabian lanzó y atrapó una piedra en el aire, cerrando los ojos mientras intentaba detectar dónde estaba Lilou. —Tal vez si hacemos esto, no necesitamos acercarnos a ella. Ella vendrá a nosotros, en su lugar.
—Su Gracia te matará esta vez, Fabian.