[Capítulo extra]Cómo se convirtió en emperador X

Mientras tanto, dentro de las cámaras del tercer príncipe, se encontraba Beatrice al final de la cama, Heliot a un lado, Samael al otro extremo, frente a Heliot con Rufus. En la cama yacía Lilou con las manos sobre su estómago y los ojos cerrados, durmiendo plácidamente.

La atmósfera dentro no era menos sofocante que afuera, ya que ninguno de ellos hablaba. Beatrice frunció los labios, fijando su mirada de Heliot a Samael, quien miraba hacia abajo a su esposa.

Samael extendió la mano hacia la de Lilou y la apretó suavemente.

—Esperaré por ti.

El silencio se instauró nuevamente en la habitación después de sus palabras. Querían respetar el tiempo de Samael antes de forzar a Lilou a un sueño.

Cuando Samael tomó una respiración profunda y retiró su mano de ella, miró hacia Heliot. Él asintió, señalando que comenzara.

—¿Estás seguro de querer estar aquí? —inquirió Heliot mientras sus cejas se alzaban.

—Esa es una pregunta idiota, Príncipe.