La importante decisión de Rufus

Mientras tanto, en el palacio imperial, Rufus sostenía dos cartas. Una en su mano derecha y otra en la izquierda. Seguía lanzando miradas a las cartas de Samael... o eso creía él.

—Capitán, ¿ocurre algo?

Rufus levantó la cabeza hacia Kristina, quien estaba apoyada en los estantes, con los brazos cruzados. Su largo y hermoso cabello ahora estaba cortado corto como el de un hombre, y aun así seguía luciendo impresionante. Aunque había una gran cicatriz en el costado de su cuello hasta su mandíbula. Al igual que ella, Rufus también tenía una gran cicatriz en la mejilla, la cual no le molestaba.

Estas cicatrices en ellos y todas las que tenían debajo del uniforme provenían de la guerra. Rufus había estado activo en la guerra desde el reinado de Samael con Kristina. Solo lograron descansar en los últimos años cuando el poder de Samael se estabilizó.

—Es extraño —señaló mientras miraba las cartas—. ¿Por qué Su Majestad enviaría dos cartas al mismo tiempo?