La forma en que Adriana miraba a Pryce la asustaba. Ella se presionó las mejillas y huyó gritando:
—¡Niiya, mira lo que ella me hizo! Sin embargo, Niiya ya se había ido a casa; no quería asistir al resto de sus clases.
Dmitri tomó la mano de Adriana mientras se dirigían al jardín frente al ala de química. Allí encontraron a Nate parado bajo las copas de los árboles; parecía como si esperara a alguien. Se acercaron a él y se sentaron en silencio en una banca cercana.
—Lamento escuchar lo que pasó entre tú y Niiya —dijo Nate para romper el incómodo silencio. Pudo escuchar los pensamientos de Dmitri cuando Niiya había inmovilizado a Adriana y había temido que Dmitri pudiera matar a Niiya.