—¿Oro puro? —Ziu estaba asombrado cuando escuchó eso. Miró a Adriana con asombro. Ella parecía una niña pequeña a la que acababan de darle una paleta en sus manos. Observó lo animada y feliz que estaba, completamente ajena a lo que había hecho. Las palabras le abandonaron mientras miraba esos brillantes ojos negros que centelleaban pensando en algo.
—¿Puedes mostrarme cómo creaste el portal? —le preguntó.
—Sí, ¡por supuesto! —respondió Adriana. Se alejó un poco y, cantando el hechizo, creó el círculo. Momentos después se creó un portal dorado. Ziu estaba boquiabierto ante el hermoso portal que tenía inscripciones de escritura de lobo. Miró a Coral con los ojos muy abiertos y su boca se abrió. Coral estaba igualmente sorprendida.
Adriana entró en él y desapareció solo para emerger detrás del Profesor Ziu. Le tocó el hombro y dijo:
—Profesor Ziu.
Ziu se volteó bruscamente para mirarla. —Adriana, ¡eres la única persona que podría crear un portal como ese! ¿Lo sabías?