Adriana continuaba creando más rayos en la misma dirección. Llamó la atención del mago y este levantó la vista. Entrecerró los ojos y luego miró a su escoba que se apresuró a su lado. La montó y la escoba se lanzó en dirección a los relámpagos.
Adriana esperó otro par de minutos mientras continuaba lanzando hechizos desde su escondite antes de susurrar —¡Ahora!
Fleur instantáneamente creó un portal y todos ellos rápidamente entraron. Todos llegaron al dormitorio de Dmitri, completamente empapados. Fleur salió de la habitación, dejando a la pareja sola. Dmitri se acercó a Adriana para ayudarla a quitarse la ropa ya que ella había tenido fiebre el día anterior y quería que descansara, pero ella se apartó y fue al baño. Dmitri cerró sus manos en puños y apretó la mandíbula. Ella era demasiado arrogante a veces. Enojado, se quitó la ropa y la arrojó al suelo.