Cuando Adriana salió, vio a Isidorus mirándola desde lejos. Ella le devolvió la mirada con confianza y tomó un sorbo de su vino. Isidorus apartó la vista y comenzó a hablar con la gente alrededor.
Dmitri estaba de pie rodeado por algunas de las mujeres del público. Adriana se acercó a él y tosió —Parece que ya has encontrado buena compañía.
—Sí, aquí hay mujeres encantadoras. Permíteme presentártelas —dijo Dmitri mientras sonreía a todas ellas. Su sonrisa torcida era suficiente para hacer palpitar los corazones de esas mujeres. En lugar de estrechar la mano de Adriana al presentárselas una por una, se quedaron mirándolo. Una de ellas incluso le estrechó la mano a Dmitri cuando dijo, "Esta es Candice."
Adriana apretó los dientes y rodeó con sus brazos la mano de él para mostrarles a todas de quién era posesión —Me siento tan bien cuando estás celosa, Adri… —él comunicó mentalmente con una sonrisa en su rostro.