Solicitando Audiencia Privada

—Pero ya lo conozco, Isidorus —dijo Adriana.

—Lo sé —dijo él— y se dirigió hacia donde Mihr estaba de pie, obligando a Adriana a seguirlo.

Ziu e Isidorus, ambos fueron junto con Adriana y Dmitri hasta Mihr. Mihr estaba parado en una esquina rodeado de otros hombres.

Cuando vieron a Isidorus y a Adriana acercándose hacia ellos, un pesado silencio se instaló sobre todas las personas en ese grupo. El silencio era más espeso que la tensión en la atmósfera. Miradas inquietas se intercambiaban mientras cada uno intentaba evitar captar la mirada de Adriana. Algunos se movían de su lugar y otros agarraban sus manos nerviosas. Mihr los miró con ojos estrechos mientras apretaba su puño. Había tanto hielo en la atmósfera que Adriana sentía ganas de huir.

—¿Por qué estamos aquí? —preguntó Dmitri mentalmente, ya que el silencio también lo estaba agitando.