Mientras Liam hablaba, había apretado su abrazo en torno a Fleur como si Dmitri planease separarlos para siempre. Había envuelto su abrigo de piel alrededor de ella. Fleur se aferraba a él.
Dmitri estaba desconcertado. ¿Cómo podría manejar esta situación? Liam acababa de ser atacado en la academia y también estaba envenenado. Estaba vulnerable a tantos ataques en el reino de los magos. ¿Cómo iba a ayudarle Fleur? Era diferente para Adriana y él ya que la seguridad era mucho más estricta.
—No te preocupes, Dmitri. Va a ser lo mismo que contigo. He esperado a mi destinada por más de cien años, y cuando la encontré, ¿crees que podría haber esperado más? Aún así lo intenté con todas mis fuerzas —dijo Liam con determinación.
—¿Has tomado el permiso de Howard? —preguntó Dmitri.
—No...
Exasperado, Dmitri se sentó con Adriana.
—Vámonos de aquí, Liam —urgió Fleur. Ella no quería hablar de nada que pudiera separarlos. Liam asintió. Antes de irse se volvió hacia Adriana y dijo: