—Dmitri llevó su mano a las mejillas de ella y dijo tiernamente:
—¿Y si mi esposa resulta herida? No lo podré tolerar. La besó suavemente en las mejillas. —Tus poderes son el arma principal contra todos esos brujos y brujas. Los has usado en el pasado para salir de situaciones peligrosas y ahora tienes que usarlos para tu beneficio. Así que no lo pienses dos veces y úsalos.
—Adriana sonrió. Asintió, para satisfacción de él. De repente, recordó su momento de confusión de ayer. —Ayer, cuando estaba en la academia, pensé que me había teletransportado a la sala principal de nuestra casa en el reino de los hombres lobo por un segundo. Te vi llevando una toalla y había dos chicas paradas justo detrás de ti —le preguntó pensativa.