Capítulo 70: Una espada limpia la ciudad (Dos en uno)_3

Al pensar en esto, su corazón tembló, pues este era el maestro del Gran Reino del Vacío...

Tras colocar al viejo sobre el Dios de la Llama de Vela, Li Hao se dio la vuelta, enfrentándose a la vasta extensión de la ciudad. Su aura imponente no fue retraída, como una deidad envuelta en llamas, su mirada era gélida, mostrando un aire dominante que parecía considerar al cielo y la tierra como suyos. En ese momento, de pie fuera de la ciudad, se convirtió en la única luminiscencia que atrajo la atención del mundo.