Capítulo 82: Habiéndome visto, ¿por qué no te arrodillas?

—Viejo Feng.

Li Muxiu se sentó aturdido en el patio, su mente zumbando y algo desorientada. Nunca esperó que su viejo amigo, que había aventurado por el Jianghu durante la mitad de su vida, realmente sería capturado por los Budistas. Su Habilidad Sin Rastro de Cielo y Tierra, ni siquiera él podía alcanzarla. Su Habilidad de Respiración Sigilosa Divina, que le permitía transformarse en flora, ya fuera entrando en un mercado bullicioso o atravesando montañas y ríos, era como un pez en el mar, difícil de encontrar. Incluso el Palacio Imperial, custodiado por un millón de Guardias Imperiales, era un lugar al que entraba y salía a su antojo, sin hacer ruido. Pero ahora, pensar que fue capturado por los Budistas.

La noticia vino de un discípulo de rango inferior de Monte Wuliang, creíble sin duda, lo que hizo imposible que Li Muxiu no creyera. ¡Viejo Feng, cómo pudiste cometer un desliz!