—¿Renacimiento de sangre?
El Señor Buda, observando a Li Hao reanimarse de una niebla de sangre, contrajo levemente sus pupilas, y su expresión siempre compuesta cambió sutilmente. Este método parecía compartir una misteriosa similitud con el Reino de la Ley del Dao.
En el Reino de la Ley del Dao, uno podría controlar la vida y la muerte con un solo pensamiento, y hablar la vida a la existencia, permitiendo que incluso aquellos al borde de la muerte se recuperaran al instante.
Sin embargo, la diferencia era que el Reino de la Ley del Dao se basaba en el poder del Dao, mientras que Li Hao mostraba pura fuerza del cuerpo físico.
Si uno tuviera que señalar una diferencia, sería que uno requería una liberación activa, y el otro era pasivo.
¿Podría un simple cuerpo físico ser cultivado hasta tal punto? La mirada del Señor Buda se volvió solemne, ya habiendo sentido que el cuerpo físico de Li Hao era extremadamente fuerte, pero esto estaba aún más allá de sus expectativas.