Cuando llegó el momento, oyó su nombre. Ella tomó el micrófono y caminó hacia el escenario.
Un grito ensordecedor vino desde abajo del escenario. —¡Shi Jin! ¡Shi Jin! ¡Shi Jin!
Shi Jin curvó sus labios. Cuando el foco se posó en ella, el público estalló. Subió y empezó a cantar.
Una voz alta y clara cortaba el aire.
La agradable voz entraba en los oídos de todos, haciéndolos sentir entumecidos, como si hubieran sido electrocutados. El entusiasmo de los fans se despertó, y ellos agitaban sus manos y cantaban junto con ella.
Era más como gritar que cantar.
Shi Jin miró los pares de manos que se agitaban en la luz debajo del escenario. Su mirada se volvió más decidida y tranquila.
Había decenas de miles de personas debajo del escenario, pero de repente sintió una mirada familiar sobre ella.
Shi Jin instintivamente miró en esa dirección. Entre las caóticas luces y sombras, no podía ver quién estaba allí, pero sintió algo en su corazón, como si supiera quién estaba de pie.