—Oh, por cierto, abuelo Jian, escuché que va a haber una especie de orquídea increíblemente rara que se va a exhibir hoy. Escuché que la van a mostrar al final. ¿Te interesa comprarla? —Cuando el abuelo Qian empezó a hablar de orquídeas, su ánimo se elevó de nuevo.
—No me interesa.
—¿En serio? Esto no es tu estilo habitual. ¿No es esto lo que más te interesa normalmente?
Había algo inusual en el abuelo Jian hoy.
No solo el abuelo Qian estaba curioso sobre la situación, sino que Jian Shuxing y Wen Nuan también sentían que había algo extraño.
Normalmente, al abuelo Jian le encantaban las orquídeas. Toda la familia lo sabía. Siempre que había especies raras o nuevas de orquídeas, el abuelo Jian sería el primero en echarles un vistazo.
—Bueno, solo dije que no me interesaba comprarla. Nunca dije que no me importara —respondió el abuelo Jian. Era increíblemente meticuloso con sus palabras.
El abuelo Qian no pudo evitar preguntarse ¿cuál era la diferencia?