Er Fengchong

Anteriormente, Jian Yiling era el personaje secundario destinado a ser carne de cañón. Sin embargo ahora, con los recuerdos de eventos futuros, Jian Yiling, quien había cruzado al novel, se transformó en una figura oculta de peso. No solo Jian Yiling no está interesada en el protagonista masculino, sino que deja a las personas a su alrededor en asombro y desconcierto.
Originalmente, sus hermanos la odiaban. Ahora, todos eran ferozmente protectores con ella.
“Yiling se asusta fácilmente. No la asusten.”
“Yiling no ha ido a lugares lejanos. No la engañen.”
“Yiling tiene un cuerpo débil. No la molesten.”
¡Todos los demás querían llorar de incredulidad! ¿Estás seguro de que es linda y fácil de intimidar? ¿Quién se atreve a intimidarla? Cuando todos pensaban que los hermanos Jian eran suficientes para lidiar con ello, había otro que superaba al resto.
Maestro Sheng: “Yiling es muy delicada. No debería ser enfadada. ¡Si la haces enfadar, te cortaré y te haré un caldo!”
Todos los demás: “Maestro Sheng, ¡creo que hay algo mal con tus ojos! ¡Te recomiendo ir al oftalmólogo!”

De Secuaz a Poderosa

El cielo estrellado en la isla desierta era excepcionalmente hermoso.


Sin embargo, la mayoría de los invitados en la isla hoy no tenían ánimo para disfrutar del cielo estrellado.


Esto se debía a que el viento había comenzado a levantarse durante la noche.


La brisa marina derribó las tiendas que habían trabajado tan duro para montar durante el día.


Todas las tiendas fueron derribadas, excepto la de Jian Yiling y Jian Yumin. La tienda que tenían los hermanos era una tienda profesional que obtuvieron al abrir un cofre del tesoro. Sin embargo, los otros grupos no fueron tan afortunados. Los otros grupos habían hecho sus tiendas con materiales encontrados en la isla desierta. La durabilidad de esas tiendas era muy mediocre.


Incluso la tienda de Mo Shiyun y su madre fue derribada. Por la tarde, los fans de Shiyun habían presumido de esta firme y robusta tienda. Aunque su tienda parecía increíblemente duradera, tampoco pudo resistir el vendaval.


La Batalla de Ingenio (1)