He Yan perdió los estribos durante un buen rato. Luego, le dijo a Jian Yubo con ojos rojos e hinchados:
—Realmente quiero que tengan éxito en el futuro. Quiero que puedan mantener el negocio familiar. Es por eso que los obligué a estudiar finanzas en primer lugar. Si me hubieran escuchado entonces, no habrían invertido en un proyecto así. Ahh…
Jian Yubo permaneció en silencio mientras He Yan decía esto.
Las palabras de He Yan no despertaron ni el más mínimo rastro de emoción en él.
Sus emociones no se agitaban. No había enojo. De hecho, él simplemente la escuchaba con calma.
Era como si fuera un espectador.
Aunque era parte de lo que estaba sucediendo, su corazón no era parte de lo que sucedía. Era como si esto no le importara.
La actitud de Jian Yubo hizo que He Yan perdiera los estribos casi medio día. Sin embargo, la mayor parte de su ira aún no se había mitigado. En cambio, comenzó a sentirse ansiosa.