21 ¿Por qué te estás disculpando?

—¡Ah!

Nick presiona su mano móvil frenéticamente contra su cuello, que casi se rompe. La repentina ráfaga de aire hizo que le lagrimearan los ojos y la nariz. La cara que antes me provocaba desesperación ahora me parece graciosa.

—¿Por qué detenerme? —murmuró Kral. Su cabello oscuro hacía que su piel pareciera delicada a la luz de la luna, y sus ojos oscuros me parecían una pared transparente. Algunas emociones intensas surgían en sus ojos, pero todas eran suprimidas por él.

Si no lo detengo, Kral perderá el control de sí mismo con terribles consecuencias.

No sé por qué me siento así, pero así es.

—Maestro, estás herido —dije suavemente, sin notar el temblor en mi voz.

Kral no habló. Me miró en silencio, permitiéndome extender la mano y tocar los cortes en su brazo.

El tacto pegajoso venía de mis yemas de los dedos, y la sangre tibia corría por mis dedos, dibujando una línea curva en mi mano y luego cayendo al suelo.