17 Los Invitados

El Punto de Vista de la Tercera Persona

En el salón de dibujo, el ama de llaves y el Señor miraron a las tres personas inconscientes sobre la mesa del comedor y soltaron un largo suspiro.

—Mi Señor, ¿qué deberíamos hacer? —preguntó el mayordomo, quien había estado de pie en silencio detrás del Señor como un telón de fondo, nerviosamente a Clair mientras cuidadosamente secaba el sudor de su frente con el pañuelo en su pecho. Todo su cuerpo parecía tenso por la tensión.

—Simplemente entrégales a la mujer. Sigue nuestras reglas —respondió Clair tocando su barba, sus ojos grasientos brillaban, y miraba a los dos hombres tendidos sobre la mesa—. No me siento tan bien, especialmente el que no habla mucho...

El ama de llaves no pudo evitar mirar a la alta y oscura figura. Aunque había desmayado, el ama de llaves recordaba la mirada amenazante y prepotente del hombre. Le hacía erizar los cabellos.

—¿Y ellos? —preguntó.