110 Su Corazón

Delia desde su punto de vista

Me sujeté los brazos y pregunté enojada —¿Quién me cambió la ropa? ¿Fuiste tú, Albert?

—¿Qué piensas?

Albert me miró de arriba abajo, su mirada parecía apreciar el vestido que llevaba puesto, pero esa mirada me incomodaba.

—¿Querías habérmelo cambiado?

—¡Por supuesto que no! —dije sin pensarlo.

—Bueno, si ese es el caso, entonces no preguntes —Albert levantó sus manos en respuesta a mi agitación, haciendo un gesto de «cálmate». —Delia, te traje aquí para mostrarte algo.

Para mostrarme algo...

¿Podría ser la caja que mencionó, la que mi padre guardaba en su estudio?

—Delia, creo que podrías haberlo adivinado —Albert me miró con una expresión conscienzuda y sonrió levemente. —Así es, te traje aquí para revelarte el secreto que tu padre escondió en la caja.

Aunque adiviné correctamente, no sentí ni un ápice de alegría.