26 Todos quieren a Nuri

Punto de Vista de Sibyl

—Estoy bien —susurré.

Él agarró mi hombro y me giró para enfrentarme a él.

—Estás enojada conmigo.

—No lo estoy.

—Me estás evitando.

—No lo estoy.

Se quitó la ropa, se puso el pijama y se metió en mi edredón.

Me tocó y susurró, —¿Por qué no te pones esa ropa?

Se refiere a esas camisolas sexis.

Me di la vuelta. —No me gustan.

Se volteó sobre mí. —Pero a mí sí me gustan.

Siento su cuerpo calentarse. Su deseo por mi cuerpo ha sido fuerte desde nuestra primera noche. Cuando quiere tener sexo, me quita la ropa, me acaricia y me penetra cuando estoy húmeda.

Se volvió cada vez más adicto al sexo. Es curioso sobre la nueva posición y le gusta probar diferentes cada noche. Sus habilidades y resistencia están mejorando, y estamos teniendo sexo por más tiempo.

Le obedecí cada vez. Al principio me gustó, pero al final siempre lloraba porque no podía soportarlo.

Pero hoy no quiero ser sumisa. No estoy contenta al pensar en esas cinco vírgenes.