—Oh —gemí.
—Me mordí el labio de inmediato. Dios, ¿soy yo eso?
—No, no debería hacer ese sonido.
—Él sonrió y lamió mis pezones repetidamente a propósito. Sentí el estómago apretado. Estaba nerviosa y confundida la última vez que él tomó mi virginidad, pero esta vez sabía exactamente lo que estaba haciendo.
—No me resistí violentamente, y sabía que estaba aquiesciendo en su comportamiento.
—Casarse con un padre y luego su hijo es motivo de burla en mi país. No sé cómo enfrentar los rumores cuando vuelva a mi país. Oh, pienso que cambiaré mi nombre y ocultaré mi identidad.
—Me enseñaron que una mujer no debe tener deseo sexual, las mujeres deben permanecer castas, no tener sexo antes del matrimonio. Mi creencia en estas palabras ahora ha vacilado. Muchas mujeres intentan ser una buena mujer que cumple con estos criterios, pero no logramos la felicidad.