160 Rompió el Empate

La perspectiva de Guillermo

El viento amargo fuera no da señales de amainar. Miré por la ventana. Grandes parches de nieve caían, y los árboles en el patio no podían levantar la cabeza. El noble tonto que habían arrastrado afuera ya se había desmayado por el frío. Afortunadamente, Su Majestad no tenía la verdadera intención de matarlo. Se le permitió quedarse en la habitación contigua hasta que despertara, y luego fue desterrado del palacio para siempre.

—No quiero volver a verlo en mi palacio —dijo el rey a Blayze, sentado en su silla y hablando en un tono relajado. Miré hacia los azulejos dorados a mis pies.

No está bien. Blayze es un oficial menor en la ciudadela. ¿Por qué el Rey hablaría con él? Eché un vistazo a Roth. Miraba a nuestro rey con el mismo respeto de siempre, y no había duda de que apoyaría cualquier orden que el rey diera.