Guillermo Hale solo fumó medio cigarrillo antes de suprimir con fuerza las ganas, luego tomó un baño y fue al estudio a revisar algunos documentos.
En el chat grupal, unos amigos estaban discutiendo si la política económica de cierto país afectaría al comercio exterior, y él abrió una videollamada para unirse a la conversación por un rato.
Todos vieron el daño en la esquina de su boca, pero con un entendimiento tácito, nadie lo mencionó.
—Hale, ¿cuándo planeas presentarnos a tu cuñada? —Todos sabían de la existencia de Zoe Bell, habiendo visto fotos y videos, pero no la habían conocido en persona.
El tono de Guillermo era indiferente:
—Habrá una oportunidad.
—Tienes que traerla de vuelta a Ciudad Capital para el Festival de Mediados de Otoño, ¿verdad? Podemos encontrarnos entonces si estás libre.
—Ocupado.
—¿Ocupado durante las fiestas? Si no te atreves a volver para el Festival de Mediados de Otoño, el Abuelo Hale vendrá personalmente a cazarte.