—¿Esta miserable chica, acaso quiere matarlo? Liam Hugh estaba tan asustado que su respiración se hundió —Hannah Johnson, ¿qué intentas hacer, soy tu padre?
—¡Estás loca, suéltame de una vez, suéltame!
Se debatía desesperadamente, pero su cuerpo estaba aún más sujetado, especialmente una mano que presionaba directamente sobre su rostro, inmovilizándolo firmemente —Hannah, si tienes algo que decir, háblalo adecuadamente, después de todo, soy tu verdadero padre, cálmate.
Liam Hugh tuvo su estómago bombeado anoche, y ya había sufrido suficiente. Hasta ahora, no había comido un solo grano de arroz. No tenía ni una pizca de fuerza en todo su cuerpo, e incluso si quisiera luchar, no tenía energía para hacerlo. Solo podía estar a merced de los demás.
—Siempre he querido hablarte amablemente, pero ay...