152 Ríndete y presencia la verdadera locura

Esa noche, la luna estaba oscurecida y el viento era fuerte.

Hannah Johnson miró a Wyatt Hale y no dijo mucho, solo lo advirtió:

—Intenta no hablar demasiado después.

—Prometo actuar como si estuviera mudo.

Wyatt Hale salió alegremente del coche, se aferró a Zoe Bell como un yeso persistente y susurró:

—Cuñada, ¿qué hacemos aquí? ¿De quién es esta casa?

—¿No lo sabes? —Zoe Bell frunció el ceño.

Hannah Johnson iba caminando adelante, manteniendo cierta distancia de ellos.

Logan Hale caminaba al otro lado de Zoe Bell, también curioso.

—Primo segundo, ¿tú sabes? —preguntó Wyatt.

Logan Hale negó con la cabeza.

—Entonces, ¿por qué están ustedes dos aquí esta noche? —Zoe Bell sintió que le empezaba un dolor de cabeza.

No era culpa de Logan. La última vez que Hannah Johnson había contratado a sus hombres para alejar a su propio padre, él había estado sin saberlo porque este primo a menudo se ocupaba de su negocio, lo que resultó en una regañina de su hermano mayor.