Tío 232, agudo como un cuchillo, no para ser tomado a la ligera

Zoe Bell pensó en su primer encuentro con su tío, esperando dejar una buena impresión. Preguntó específicamente a su hermano mayor qué le gustaba a su tío, tratando de apelar a sus intereses.

—¿Él? —Tim Payne soltó una carcajada baja—. Le gusta criar caballos, observar aves y jugar al tenis de mesa.

—Sus aficiones son bastante diversas.

—La vida es rica y colorida.

...

—Su mayor hobby es atormentar a los extranjeros que no saben jugar al tenis de mesa.

Zoe se sobresaltó.

—Tim Payne continuó añadiendo—. Ni siquiera a los niños los perdona, una vez hizo llorar a un niño directamente.

—¿Tan duro?

—Realmente problemático, pero no te preocupes demasiado. Excepto por mi madre, es igual con todos. Nunca le mostró una cara amable ni a mí ni a nuestro padre. Cuando eras pequeña, a menudo te hacía llorar.

De repente Tim Payne se rió.

—Cierto, solías tenerle mucho miedo. Siempre que te portabas mal o no comías bien tus comidas, nuestra madre te asustaba con el tío.