Los Shea sabían que Hannah Johnson tenía algunos problemas con su hijo, así que no tenían planes de conocerla. Solo querían saludar a Mario Payne y su esposa y luego irse, pero se enteraron de que había problemas en el vestíbulo y los miembros de la Familia Payne estaban todos allí.
Cuando llegaron, se encontraron con Hannah Johnson.
—Zoe, continúa con tus cosas; no tienes que acompañarme de vuelta a la habitación —dijo Zoe Bell, sujetándose del brazo de William Hale.
Hannah apretó los labios con fuerza, sintiéndose inexplicablemente ansiosa.
Tres palabras se le vinieron a la mente:
¡Conocer a los padres!
Cuando se sentó en la tetería del hotel, la Señora Shea empezó inmediatamente a servirle té. Hannah se levantó rápidamente, "Señora Shea, déjeme hacerlo yo."
—Te ves pálida, siéntate.
—En nuestra familia no tenemos tantas formalidades.
Hannah forzó una risa.
Tensa y preocupada.