Sala de Estudio
Viejo Señor Hale tomó la delantera, hurgando en cajas y gabinetes para sacar un látigo de cuero, una regla y un palo de madera, listo para enseñarle una lección a un hijo rebelde.
Recuperando la dignidad de un padre anciano.
Mientras tanto, a solo unos metros de la sala de estudio, en el pasillo, la mirada de Sussie Lopez se fijó en las manos entrelazadas de la pareja, su corazón latiendo fuerte.
¿Cómo habían resultado las cosas de esta manera?
En un aturdimiento.
—Cuando entremos, solo coopera conmigo, no tengas miedo, mi papá es bastante amable.
...
Sussie Lopez forzó una sonrisa.
¿Amable?
Todos en la Ciudad Capital sabían que el Viejo Señor Hale tenía un temperamento ardiente en su juventud; la estaba tratando como a una niña ingenua.
—Señor Hale, ¿parezco estúpida para usted? —Sussie Lopez resopló.
Finn Hale se rió suavemente, justo cuando llegaban a la puerta de la sala de estudio, levantando su otra mano para acariciar suavemente su cabeza.