Saliendo del Valle

—Bartoli, me encanta esta herencia. ¡Me será de mucha utilidad! —dijo Abel con una sonrisa.

—Maestro, ¡es un honor para mí asistirte! —Bartoli estaba feliz de haber ayudado a su dueño. Aún tenía muchos recuerdos, pero como eran de hace mucho tiempo, podría llevarle algo de tiempo recuperarlos. Quizás todavía había más cosas de las que su dueño podría beneficiarse, pensó Bartoli para sí misma.

—Bartoli, vamos a empacar el círculo mágico. ¡Nos vamos! —comandó Abel.

—¡Sí, Maestro! —Bartoli rápidamente apagó el Círculo de Protección del Valle Oscuro y comenzó a empacar.

Abel estaba muy contento con la manera en que Bartoli hacía su trabajo. Era muy cómodo tener a un mago como ayudante, y Abel podía confiarle sus tareas.