El Caballero de Bennett se adaptó rápidamente y dijo:
—¡Solo les diré a los demás que me diste una poción de belleza!
Sabía que esta poción debía ser extremadamente preciosa, ya que Abel había instalado un círculo barrera solo por esto.
—Gracias por tu consideración, padre. Este tipo de medicina nunca se ha usado en personas comunes, y ustedes dos son caballeros. Su cuerpo debería ser más fuerte que el de las personas comunes. Si no hay problemas, entonces, con el tiempo, también se la daré a madre. ¡Tómala! —Abel dijo con una sonrisa.
Abel sabía perfectamente que esta poción no tenía efectos secundarios, pero solo estaba preocupado por si este efecto de rejuvenecimiento juvenil duraría demasiado tiempo. Si El Señor de Marshall y El Caballero de Bennett permanecían tan juveniles durante cien años, y algún mago se enteraba de ello, Abel estaría en grandes problemas.