Tarjeta de Identidad

Mientras Abel movía sus dedos, un extraño patrón surgió de la pequeña caja. A medida que su dedo seguía moviéndose, aparecían más y más patrones.

Cuando emergió todo el patrón, Abel levantó su dedo de la caja. El patrón comenzó a brillar y luego desapareció. Después, la caja se abrió automáticamente.

—¡Finalmente! —Abel sacudió la cabeza. La función de las cosas transmitidas desde tiempos antiguos era totalmente diferente. Abel tuvo que dedicar tiempo para averiguarlo por sí mismo.

Afortunadamente su capacidad de procesamiento había sido encantada por la pieza de piedra mundial. Después de medio día, había logrado abrir la caja.

Curiosamente, su mirada se dirigió hacia ella. ¿Qué podría ser? ¿Qué podría necesitar un patrón tan complicado para protegerse?

Había un signo extraño dentro. No podía decir de qué estaba hecho ese signo, al menos en ese momento.