Construyendo la Plataforma

—¡Todas las catapultas, hombres! ¡Quiero cinco rondas! ¡Cinco rondas! ¡Hagan que sea preciso!

Los caballeros comandantes gritaron tan apresuradamente como pudieron. Si fuera por ellos, nunca habrían tomado esta decisión. Cada piedra que lanzaban tomaba tiempo para ser tallada en la forma correcta. Era bastante desperdicio usarlas en orcos regulares, pero una orden seguía siendo una orden.

El equipo de catapultas se volvió bastante ocupado. Sin necesidad de mencionar, la primera ronda siempre era la más rápida porque toda la munición ya estaba cargada de antemano. Solo se necesitaba un poco de puntería para disparar los tiros.