Banquete 6

Abel puso una cálida sonrisa. —¿Qué sucedió, ustedes dos?

Carlo tenía una expresión molesta en su cara. —Abel, nunca debí haber venido a su banquete.

—Espera. ¿Por qué? —preguntó Abel.

Por alguna razón, Camila estaba tan molesta como Carlo.

Camila bajó la cabeza. —Mentor acaba de decirnos que no podríamos tener comida aquí. ¿Sabes lo difícil que es para nosotros, Abel? Hemos estado intentando no olerlas todos los días cuando estamos en Castillo Harry, pero ahora que están justo frente a nosotros…

Eso solo le recordó a Abel. Tanto Carlo como Camila aún no se habían convertido en magos oficiales. Sería un desperdicio si comieran comida que contuviera la esencia de conejo.

Abel dijo con una expresión comprensiva. —Mentor tiene razón. Deben intentar mantenerse alejados de estos platos. ¿Qué tal si les consigo algo común a ustedes dos?

Camila puso los ojos en blanco. —Uh, no. No puedo comer comida normal cuando huelo todo esto, ya sabes.