Sobre la Montaña Dragón Tigre, las nubes rodaban y se arremolinaban como un vasto mar en el cielo.
Un figura con una túnica Daoista, coronada con una tiara de loto, descendía lentamente.
Usando el cielo y la tierra como escalones.
Con el mar de nubes como escalera.
Esta escena, vista por todos, ya fueran del Tao Recto o del Tao Demoníaco, llenaba a todos de un temblor reverencial, como si estuvieran contemplando a una deidad.
—El Maestro Celestial, nuestro Maestro Celestial de la Mansión del Maestro Celestial —un anciano Taoísta de la Mansión del Maestro Celestial, con lágrimas corriendo por su rostro, dijo con labios temblorosos.
Aparte de los invencibles Maestros Celestiales, ¿quién más posee tal capacidad? ¿Para pisar sobre las nubes, descender a través de los cielos?
Ninguno de los seres más fuertes de este mundo, ni siquiera los del Reino de los Fenómenos Celestiales o los que lo superan por medio paso, podría lograr tal hazaña.