—Por un momento —Lin Yuan sacudió levemente la cabeza—. Qué lástima. Su ataque con toda su fuerza aún no había penetrado el Monte Moralidad Inmortal.
—Bueno entonces —Lin Yuan no se preocupaba mucho—. La Secta Inmortal Daode, con su herencia de cientos de miles de años, tenía secretos profundos, y a menos que un Verdadero Inmortal del Reino Unidad o un Evolucionador de Séptimo Rango intervinieran, sería muy difícil romper completamente su Formación de Protección de la Secta.
La visita de Lin Yuan esta vez no era para resolver permanentemente la Secta Inmortal Daode. En cambio, era para probar su propia fuerza, usando toda la Secta Inmortal Daode como estándar contra el cual medirse.