Yunyao estaba asombrada; en sus ojos, no había nada especial en esta humana, ¿entonces por qué este demonio la trataba tan diferente? Incluso formó un contrato con ella. ¿Qué poderes posee ella para hacer que el Fénix Ancestral se someta a ella?
—Zixie, no te molestaré cuando estés cultivando. Yunyao sanará en la Pagoda Divina Antigua por ahora y solo te llamaré si es absolutamente necesario.
Gu Ruoyun bostezó. Ya hacía más de un día que no tenía la oportunidad de ver a Xiao Ye. Ese sujeto probablemente estaba agachado en una esquina, dibujando círculos en el suelo pensativamente.
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Dentro del Palacio Imperial, una mujer elegante se sentó en la silla de la concubina.
—¿Cómo van las preparaciones para lo que quería? —el guardia respondió respetuosamente—. Reportándole, Concubina Imperial, ya hemos obtenido las cosas que solicitó. Las hemos enviado al Anciano del Palacio Oscuro Yin y ha aceptado nuestra misión.