—¡Abigail, corre! —gritó Tía Claudia temblando de miedo.
A lo largo de los años, bajo el control de Rose Taylor, Jackson Taylor se comportó con arrogancia y temeridad en la familia Green. Especialmente desde que Abigail tenía un carácter débil y no recibía el afecto de Lincoln Green, haciendo que los Taylors fueran aún más descarados.
Abigail no se movió. Estaba frotando una delgada aguja de plata entre sus dedos, un recuerdo que había conservado después de coser una herida ese día.
—¡Ja ja ja, idiota! —Al ver que Abigail no se movía, Jackson Taylor la maldijo y estaba a punto de golpearla.
En un instante, una figura se lanzó hacia Jackson Taylor, y la mano de Abigail se detuvo. Luego escuchó el furioso grito de Jackson Taylor:
—¡Tú loca, te atreves a ponerme una mano encima, verás si no... Ah! —Antes de que terminara de hablar, una bota de cuero negro pisó la muñeca de Jackson Taylor, y sus gritos llenaron instantáneamente el aire.