Aunque Yu Huang se negó a revelar su verdadero nombre, el hombre no sintió que fuera grosero. Sostenía un palo y sacaba las chispas de la fogata. —Señorita, ¿también está aquí por la Perla Sagrada del Espíritu Purificador? —preguntó casualmente.
El tono de Feng Si sonó muy casual, pero Yu Huang pudo notar que estaba en guardia.
—¿Perla Sagrada del Espíritu Purificador?
Esta era la primera vez que Yu Huang oía hablar de esto.
Feng Si entrecerró los ojos cuando vio que Yu Huang lo negaba. Era obvio que sospechaba de su respuesta. Ella había elegido este momento para venir a la Cúpula Negra, pero no por la Perla Sagrada del Espíritu Purificador, ¿entonces qué podría ser?
—Si no es por la Perla Sagrada del Espíritu Purificador, ¿por qué ha venido sola a un lugar así? No es posible que esté aquí de viaje —La mirada de Feng Si se volvía cada vez más fría, e incluso contenía intenciones asesinas.