—Yu Huang no era como Xuanyuan Jing. Xuanyuan Jing y los demás contaban con el respaldo de un gran clan de cultivación y tenían incontables píldoras espirituales y medicinas milagrosas para consumir. Si se lesionaban o tenían problemas, el gran clan detrás de ellos haría todo lo posible por tratarlos.
—Sin embargo, Yu Huang no gozaba de tales buenas condiciones. Solo tenía una pierna rota y un padre que no era capaz. En el camino de la cultivación, siempre lucharía sola.
—Yu Donghai no podía ofrecerle a Yu Huang ninguna ayuda sustancial, por lo que pensó en guardar todas esas cosas buenas tanto tiempo como fuera posible. Tenía miedo de que un día, Yu Huang resultara lesionada o envenenada, así que solo podría observar impotente y ansiosamente.
—Yu Huang entendió los verdaderos pensamientos de Yu Donghai, y una vez más, se sintió conmovida. Para que Yu Donghai tomara la píldora en paz, Yu Huang solo pudo confesar una parte de la verdad a Yu Donghai.