Matando dos pájaros de un tiro, la estratagema de Yin Ming Chong

La bestia espiritual parecía muy vieja. Estaba acostada en la jaula con un par de orejas blancas colgando. Sus dos ojos azul grisáceo tenían un aspecto envejecido, como un anciano al borde de la muerte.

Yu Huang miró a la bestia espiritual, y de repente le dolió la cabeza. Algunas escenas distantes e irreales saltaron a su mente

Vio a un pequeño bebé que llevaba una bandolera rosa pálido. El cuello del muñeco estaba bordado con la palabra "fénix." Estaba profundamente dormida.

Un fuerte perro blanco yacía al lado de la cama del bebé. Entrecerró los ojos, como si estuviera durmiendo.

De repente, el bebé lloró.

La bestia inmediatamente abrió los ojos y colocó sus patas delanteras en la cuna. Sacudió suavemente la cuna unas cuantas veces. El bebé gruñó y volvió a dormirse.

Yu Huang miró a esa Bestia Compañera. Sus ojos, como si estuvieran quemados por llamas, sintieron una ola de dolor.

—¡Este era su perro compañero!

Lo que acababa de ver era su recuerdo de la infancia.