La mayor responsabilidad por el incidente de aquel año recaía en Gu Qingfeng.
Se dice que un caballero sabe qué hacer y qué no hacer.
Atado por la gratitud y la rectitud, Gu Qingfeng no logró mantener sus principios y límites. Posteriormente, fue explotado por aquellos con motivos ocultos, cometiendo un error que nunca podría rectificar completamente en su vida.
Cuando Gu Qingfeng vio salir a Gu Qiaoqiao, sus ojos se iluminaron —Qiaoqiao, ¿cómo está tu bisabuela?
—Está bien, comió algunos bollos al vapor, bebió medio tazón de porridge... —dijo Gu Qiaoqiao con indiferencia, luego mirando la comida en la mesa, su corazón se ablandó—. Debes comer. Incluso si deseas expiar, necesitas estar saludable. De lo contrario, solo serás una carga para la Bisabuela otra vez.
Gu Qingfeng miró a Gu Qiaoqiao, su voz ronca —Qiaoqiao, ¿tú también me odias?
—Hmm, un poco —admitió Gu Qiaoqiao francamente.
—Soy culpable... —murmuró.