La Grabación

La voz de Jiang Wangya era frenética, su paciencia completamente desgastada por el rostro que se parecía al de Chen Ning.

El padre de Huang nunca había levantado un dedo sobre ella, dejándola sin más opción que buscar consuelo en los brazos de otros hombres. Ya no podía soportar esta existencia.

Los ojos de Huang Xiaoyan brillaban fríamente, sus labios se curvaron en una mueca de burla. —Jiang Wangya, déjame decirte esto: nunca tendrás éxito. Pronto te echaré de la casa de los Huang.

En realidad, Huang Xiaoyan no estaba segura de si su padre realmente expulsaría a Jiang Wangya una vez que descubriera su verdadera naturaleza. Sospechaba que, en comparación con ella, su padre valoraba mucho más a Jiang Wangya.

Huang Xiaoyan no contaba con que su padre actuara contra Jiang Wangya. Solo quería abrirle los ojos y liberarlo de sus manipulaciones.